lunes, 6 de febrero de 2023

El resultado de todo aquello que se llevaron

Es curioso cómo a medida que nos vamos haciendo más mayores nos da por pensar más, a veces en las cosas que no hemos hecho y otras en las que podíamos haber hecho. La vida avanza a un ritmo estrepitoso y no se para por mucho que tú necesites a veces que lo haga. Puedes encontrarte perdido, desubicado pero eso a la vida le da igual, te empujará a seguir sea como sea, los días seguirán pasando y te sentirás forzado y te preguntarás por qué al resto de la gente se le hace tan fácil y simple vivir mientras a uno mismo le cuesta lidiar con sus frustraciones y miedos. 

Pero todo puede ser apariencia porque se trata de la imagen que queramos proyectar. Estamos tan acostumbrados a plasmar en las redes sociales una imagen tan distorsionada de la realidad que también algunos intentan practicarlo con el día a día.

Cada vez estoy más convencida de que es muy peligroso contar o expresar ante los demás, la realidad de los temores o complejos que nos atormentan. La vida tiene sus momentos buenos, por supuesto, pero creo que cuando uno es más joven todo se hace más llevadero. Uno tiene más ilusión, más fuerza y sobre todo que es lo que considero vital, está menos dañado. Es virgen en asuntos emocionales y apenas uno cuenta con experiencia sentimental.

Por nuestra vida pasan tantas personas que nos dan lecciones… Personas a las que nos hemos aferramos de una manera, a veces, desorbitada. Quizá, porque en algún momento hemos pensado que eran nuestra tabla de salvación. Cada una de esas personas que han compartido momentos nos han enseñado cosas que, de no haber aparecido, probablemente no las hubiéramos aprendido. Pudiera ser que otras aparecieran y nos hicieran ver las mismas equivocaciones o fallos que hemos cometido pero de una forma u otra, puedo echar la vista atrás y darme cuenta que cada una de esas personas que han pasado, se han llevado algo. Y no estoy hablando de amores sino también de amistades porque hay lejanías y rupturas amistosas que duelen muchísimo en el corazón.

Si ahora tuviera la oportunidad de volver atrás y sabiendo lo que sé, y me dieran la posibilidad de eliminar de mi vida a algunas personas, siendo sincera, dejaría a muchas ahí, algunas que me han partido el corazón como el primer amor pero a pesar del dolor y el sufrimiento de su ruptura y lo duro que fue para mí creo que eso me valió para empezarme a querer y poder ver que si uno quiere, puede salir de cualquier pozo y sobre todo, para valorar aún más si cabe el significado de la palabra amistad porque gracias a ella, yo pude salir adelante.

Tampoco borraría muchas de las amistades que he ido teniendo y que han sido muy intensas pero que me han dejado marcada porque eran de la infancia porque eso me ha enseñado a evidenciar que no serían amistades tan verdaderas cuando por tomar caminos diferentes se fueron disolviendo en el tiempo. También he visto que las amistades que uno va haciendo cuando es más mayor no cuentan con la misma inocencia de aquellos años atrás. Son amistades que en algunos casos, se intoxican al menor contratiempo y el orgullo prevalece por encima de cualquier sentimiento verdadero porque ya no estamos para aguantar determinadas situaciones. Porque vamos cumpliendo años y nos sentimos más dañados y sobre todo más desconfiados.

Dejaría a muchas personas que han pasado por mi vida y que a pesar del mar recuerdo o de la mala experiencia, me han convertido en lo que soy. Actualmente, en alguien que no me gusta porque el daño de aquellos que sí que borraría también hace mella. Todas y cada una de las personas se llevan algo de nosotros, parte de nuestra alegría, de nuestro entusiasmo, de nuestra valentía, fortaleza e incluso, de nuestra forma de entender la vida y definir nuestra ruta de vida. Cada bache emocional que hemos vivido nos hace desviarnos un poco del ideal de persona que nos gustaría ser. Aunque también es verdad que el contexto influye de forma abrupta.

Pero lo cierto, es que somos el resultado no sólo de todo aquello que hemos vivido sino de todas las personas que han pasado a nuestro lado; personas importantes o fingidas, conocidos o cercanos, amistades intensas o falsas, amores reales o de relleno, compañeros de trabajo impuestos o elegidos, jefes o esclavos con pretensiones, familiares lejanos o íntimos, profesores con vocación o con interés económico, personas que queríamos que estuvieran pero que no pudieron hacerlo, personas que no queríamos que se quedaran y lo hicieron, personas que pudieron ser y no fueron, personas que nos mintieron y se lo consentimos, personas que fueron reales y les fallamos…

Todos, absolutamente todos, contamos con este tipo de personas en nuestro pasado y son ellos, los que nos hacen ser cómo somos en el presente… el resultado de todo aquello que se llevaron.



1 comentario:

  1. Ya lo decía un tal Michelet, todo influye en todo y las personas para bien o para mal nos marcan de una forma o de otra, pero en nuestras manos está el hacer caso o no. No siempre las malas experiencias tienen que ser negativas, ya que la mayoría siempre nos dan una gran lección, pero si es cierto que ciertas personas tóxicas también nos influyen y es ahí donde tenemos que aprender a sopesar pros y contras

    ResponderEliminar