Otro
año más estamos en el día de Reyes, pero este día es muy
distinto que el de años anteriores,
ya que las circunstancias ni son las mismas, ni las ganas debido a los
acontecimientos sucedidos.
La
incertidumbre y el miedo es algo que por mucho que se intente dejar a un lado,
en el día a día, no se consigue ya que la mente es débil y en situaciones como
estas, nuestra mente, sin querer, llega a controlar los pensamientos, tendiendo
siempre hacia expectativas negativas y llenas de pesimismo.
Pero
no debemos dejar que eso ocurra porque todavía tienes mucho que aportar,
todavía tienes muchas cosas que vivir y muchas sensaciones que experimentar día
tras día. Quizá, en este tiempo se te
habrán pasado las cosas más atroces y terroríficas por la cabeza, ya que ante
situaciones de tal tipo, no sabemos cómo reaccionar, pero a medida que pasa el
tiempo, hay que ser consciente de la situación, hay que aprender a valorarse y
sobre todo, a valorar lo que tienes a tu alrededor.
Antes
vivías cada día del año como uno más, en el que los acontecimientos se sucedían
de forma parecida sin pararte a pensar, a lo mejor, en los pequeños detalles.
Antes, quizás, llegabas a discutir por cosas que carecían de importancia pero
que en aquel momento las considerabas como ofensivas… pero ahora eso habrá
cambiado puesto que no sabes lo que tienes hasta que estás a punto de perderlo…
Pero en esta ocasión, no va a ser así, ya que tienes que confiar en los médicos
y en sus palabras. Tienes que confiar en que hay un mañana que vas a compartir
con todas aquellas personas que tienes a tu alrededor y que tanto te quieren,
no se trata sólo de tu familia, sino de todo tu alrededor y entorno. Eres una
persona que irradia entusiasmo, que emana alegría y que tiene ganas de vivir y
eso, a pesar del miedo que tienes, lo llevas en tu ser.
No
estás solo en todo esto y debes seguir adelante. Es normal que tengas algunos
días mejores y otros, en los que te derrumbarás. Es lógico, que ahora los días
pasen muy lentamente y que, por el contrario, te niegues a que se acerque el
día de los resultados. Miles de pensamientos rondarán por tu cabeza, pero
tienes que pensar que esto no es el final.
Estas
navidades han sido momentos duros que no te esperabas, pero gracias a esos
días, si Dios quiere y así, espero que sea, podrás compartir mucho tiempo más
cerca de mí y de mamá, de la abuela y de tu hermano, de Iván y de Juan, de Luis
y del Tío Jose… de toda esa gente que formamos parte de tu vida. Todavía te
quedan muchos veranos en Navafría y caminatas al Nevero y al Chorro. Todavía te
quedan por ver muchas exposiciones en el Prado y en el Canal de Isabel. Todavía
te quedan muchos días en los que me verás con mi mal humor y otros, en los que
llore o tenga que estudiar. Todavía te queda por ver mi proyecto de fin de
carrera y la realización de mi proyecto laboral en las residencias de ancianos…
Todavía te quedan muchas cosas que ver y que hacer a mi lado y al de mamá.
Así
que no debes rendirte y dejar que tu mente se venga abajo, porque te digo muy
claro, que vas a deber mucho a ese médico que te dijo que te hicieras las
pruebas y que, además, va a hacer que puedas seguir adelante. Dicen que la
ignorancia da la felicidad, pero en estos casos, doy gracias a ese médico, de
que esta ignorancia no siguiera su cauce, porque entonces la situación sería
otra.
Sólo
recordarte que te quiero mucho y que tienes a muchas personas más a tu
alrededor que también te quieren y que tienes que pensar que esto va a ser el
principio de un nuevo nacimiento. Habrá un antes y un después, pero ahora
valorarás más las cosas y esos pequeños detalles que antes no alcanzabas a ver.
Ahora seguirás con tu vida pero llena de pequeñas emociones y sensaciones que
antes pasaban inadvertidas porque habrá un mañana después de todo esto que
estás pasando.
Un
besazo enorme de tu hija que tanto te quiere.
6 de Enero de 2010