domingo, 2 de diciembre de 2018

Quiero creer que es crecer...


A punto de acabar el año… en unos pocos días este año pasará como otros tantos de atrás pero sólo nos acordaremos de aquello que nos sucedió y nos marcó para bien o para mal. El año ha sido largo… o no… ha tenido sus 365 días con sus 24 horas cada día pero en él han pasado muchas cosas, muchas vivencias y sobre todo muchos cambios en mí. 

Hay personas que me dicen una y otra vez que no me reconocen, que ya no queda nada de aquella chica no sólo de principios de este año, sino ya desde el año pasado y a medida que va pasando el tiempo, me lo recalcan aún más. Y no… no es que haya cambiado… es que he crecido y me han lastimado tanto que he decidido, quizá, perder la inocencia por voluntad propia. 

Sigo siendo la misma pero este año, sobre todo, he vivido muchas conversaciones que me han abierto los ojos y me han hecho cambiar, me he llevado muchas decepciones de personas muy cercanas pero no una… muchas veces, me han abierto heridas que ya estaban cerradas y enterradas… y han vuelto a sangrar. He tenido mucho miedo también, unas veces, porque me lo han hecho sentir y otras porque no había más remedio.

Me han mentido, al principio pensando que era sin querer, pero después he comprobado que era queriendo porque total… siempre perdono, hagan lo que me hagan y se comporten como quieran… he podido aparentar que no sabía nada algunas veces para ver hasta dónde podía llegar la mentira y he quedado realmente sorprendida de hasta dónde puede llegar el ser humano para conseguir determinadas cosas o para hacernos creer cosas que no son e incluso pensar que era ciertas. El fin no justifica los medios… no lo hace… y me indigna ese comportamiento de algunas de las personas que han compartido mi espacio y lo que es peor, mi tiempo.

He pensado en lo que quiero y en lo que no quiero pese a quién le pese y le guste o no a quién sea. También me he quemado por no pensar las cosas y no escuchar a mi cabeza. He podido aprender de cada situación que se me ha ido de las manos, de cada discusión incoherente… de cada palabra inadecuada o ataque verbal a veces desmedido. Me he dejado llevar otras veces por las emociones bajando la guardia de mi coraza. He intentado hacerme la fuerte pero ha durado tanto como mis intenciones ante algo cuando no estoy segura y al final, me he vuelto a desplomar porque cuesta bastante aparentar algo que no sientes. He exprimido al máximo esa capacidad que tengo de hacer ingeniería emocional pero nada es eterno y todos, somos débiles y a veces nos derrumbamos… y lloramos.

Lo cierto, es que este año han pasado muchas cosas… que me han hecho convertirme en lo que hoy soy. He conocido a muchas personas que han aumentado mi círculo social pero también he desconocido a personas que creía que iban a estar ahí… y que creía conocer. He recuperado a amigos que son un pilar para mi y sigo manteniendo a otros que no me fallan aún teniendo que lidiar con los problemas de su propia vida. Cada día que pasa voy siendo menos la de ayer y más la de hoy. 

Siempre digo es crecer… nadie se puede quedar estancado en el camino de la vida. Hay que darse cuenta de lo realmente importante y disfrutar y ser conocedores de lo que queremos… Y es por eso, por lo que quizá, yo también he cambiado. Además, la vida a veces es tan sabia que te manda experiencias que duelen tanto que te hacen remover todo el pasado o tu propia vida para ser consciente de que, a veces cuando las oportunidades se superan son lecciones que nos tienen que abrir los ojos y más aún cuando se trata de temas de salud.

No espero nada del próximo año pero sí que quiero que éste termine pronto… que se vaya… que no vuelva… que las cosas malas han ganado a las buenas y que no ha sido un buen año aunque la mayoría de las veces sonría y parezca que no tengo nada de lo que preocuparme. Aunque parezca que paso de todo, que nada me importa y que no necesito a nadie porque yo solita puedo con todo… pero no es así… no lo es… y el problema de mi cambio es que el año pasado perdí el miedo, ahora también la inocencia y no quiero perder más valores por el camino en este año nuevo que está a punto de comenzar…  

Quiero creer que es crecer y no pensar que es la sociedad la que te obliga a cambiar… Eso quiero creer…


jueves, 6 de septiembre de 2018

Y es que confieso que yo ya lo he perdido...


No sé si serán los años o las situaciones a las que tenemos que enfrentarnos… No sé si serán las emociones o los acontecimientos inesperados que se nos presentan o quizá sea un cúmulo de todo ello, los que hacen que la forma de ser o incluso, la propia vida y la forma de verla, cambien drásticamente.


Seguimos siendo las mismas personas pero con un concepto diferente sobre lo que queremos o no queremos. La esencia es la misma, el contenido también pero las apariencias ya no lo son. Todos evolucionamos, absolutamente todos y quien no lo hace, corre el riesgo de estancarse y quedarse atrás. El tiempo pasa… la vida y los diversos episodios que conforman los diferentes capítulos por lo que vamos caminando… Nadie es el mismo hoy que ayer, ni mañana… todos los días aprendemos algo nuevo, algo que nos marcará o que simplemente, nos hará pensar. La peor manera de malgastar la vida es simplemente estando… dejando pasar los días esperando a que la vida venga… y eso es un tremendo error. 


Pero todo esto uno lo aprende cuando ha experimentado situaciones que te cambian por completo… situaciones que te recuerdan que estás vivo. Situaciones que te golpean tan fuerte que te descolocan todos los cimientos que creías tener y es entonces cuando, al estar abajo vuelves con más fuerza a escalar con la ayuda de los más cercanos. Una vez que has convivido y has visto experiencias que desearías no haber visto es entonces cuando pierdes el miedo… y eso significa no tener temor ya a nada. Porque a fin de cuentas, el miedo es el que siempre nos paraliza. Nos da miedo esto… lo otro… y es que el miedo nos hace perder tremendas y extraordinarias oportunidades. El miedo es nuestro mayor enemigo… es el que nos paraliza y nos hace pensar demasiado e incluso, malgastar a veces, el tiempo. Y es que no estamos aquí para perder el tiempo o bueno sí… estamos para perder el tiempo en lo que nos llena y en quien nos aporta pero siempre hay que hacerlo sin miedo.


Desde mayo del año pasado puedo decir que he cambiado… ya no tengo nada que ver con lo que era, con lo que creía que era o con lo que pensaba que podía ser. La vida te enseña que no se para... Para nadie,  que sigue a pesar de las circunstancias y que avanza de una forma que sino corres tras ella, te come… Y la vida no te puede comer… es uno mismo el que se tiene que comer el mundo. Habrá días que uno no se coma ni una cuarta parte de ese mundo… pero no hay que dejar de intentarlo. Que si uno se cae… se vuelve a levantar. Que si uno tiene un día malo… da igual, el día siguiente será mejor. Que si uno pierde algo por el camino… si merece la pena, ya volverá y sino lo hace es porque no merecía tanto la pena. Que si uno se decepciona por algo… ya vendrán momentos mejores que nos saquen una sonrisa. Que si uno se siente traicionado… no hay que dejarse llevar por la venganza puesto que los emociones hay que saber controlarlas. Que si uno tiene miedo por una situación nueva… es porque está en el camino correcto y ya habrá tiempo para sentirse seguro.


En esta vida todo son decisiones y hay que saber qué actitud tomar. Hay veces que es difícil lidiar con la propia vida porque son muchas cosas las que nos pueden estar pasando a la vez y son pocas las personas que son capaces de estar ahí, de escucharnos y de llorar a nuestro lado. Hay veces que nos sentimos perdidos… cuantas veces me he sentido yo así este último año…  pero a pesar de eso… el esfuerzo por volver a encontrar el camino y el aprendizaje de que soy más fuerte de lo que creía ser, la metamorfosis que he vivido y la forma de pensar que hoy tengo… sólo por eso, ha merecido la pena. Y quizá me pierda más veces, porque nadie está a salvo. Pero a pesar de eso, sé que me podré volver a encontrar porque la actitud es lo que hace que uno encuentre de nuevo la luz. 


En definitiva, me he conocido más a mi misma en estos últimos meses… he crecido personalmente, me he convertido en cómplice de muchas de las personas de mi alrededor, he aprendido tras ensayo y error, he tropezado y caído, he escuchado y observado, me he odiado a veces por no tener el valor de perder el miedo, me he levantado con la idea de animar y tirar de algunas personas que tenían más miedo que yo… he intentado recuperar mi inocencia pero me ha sido muy complicado, he cambiado mi dulzura por la transparencia, he dejado de lado las apariencias y me he centrado más en el interior y en los valores, es decir, en la parte humana, he ignorado los daños o las intenciones de maldad de algunas personas cercanas, he mejorado mi actitud ante la vida y lo más importante, me he concedido el tiempo de conocerme más a mi misma y de estar para los que de verdad quieren que esté. Porque a fin de cuentas todo se puede resumir en una frase que alguien muy cercano me dice siempre y que no es más que… el valiente es valiente hasta que el cobarde deja de serlo…


Y es que todo, absolutamente todo, nos cambia por dentro y con el tiempo también por fuera, pero también hay que saber cómo cambiar y en qué dirección para no perder el rumbo por los innumerables acontecimientos que nos pueden estar sucediendo… aunque también he de decir que de las mayores pérdidas de ruta también se encuentran otras direcciones que se pueden transitar puesto que lo único que se necesita es tener valor para hacerlo… y claro está, haber perdido el miedo para poder hacerlo y es que yo confieso que ya lo he perdido…


domingo, 1 de abril de 2018

No te metas en mi vida


Otro año más que pasa, otro año que vas acumulando a tus espaldas. Más experiencia, menos inocencia. Más perspicacia, menos incredulidad. Más realismo, menos optimismo… Ganas en muchas cosas pero también pierdes en muchas más. Algunos dirán, estás en la flor de la vida y yo pensaré que me he quedado anclada en esa etapa porque siempre es la misma frase… Pero lo cierto, es que es ahora, cuando me siento quizá, más segura con respecto a muchas cosas. La edad te da conocimiento, vivencias y sobre todo, madurez.


No me gustaría retroceder porque de los errores se aprende y he de reconocer que he cometido muchísimos errores pero de no haberlo hecho no tendría la personalidad que hoy tengo. Y lo cierto, es que probablemente si volviera atrás, volvería a actuar de la misma manera puesto que el fondo de cada uno no se puede modificar y lo que a uno le gusta, le gustará hoy y mañana… y lo que te desagrada también, y lo que te da miedo y lo que te tienta, y lo que odias… Al fin y al cabo, es la esencia de cada uno.


Llego a una edad en la que me canso soberanamente de que me digan cuándo me casaré o tendré hijos… Me cansa… me agota y me agobia… Me pregunto muchas veces porque si hay personas que están tan interesadas en mi futuro no se preocupan también de cuándo me compraré una casa mejor, un coche o por mi madurez emocional. No me interesan sus preguntas pero eso sí, que no se me ocurra contestar algo así como “me vas a pagar tú la boda?” o “pues mira, es que si no he tenido hijos hasta ahora es que quizá haya tomado medidas para no quedarme embarazada”. 


En realidad, si me pongo a pensar en ellos no tienen la culpa, sino la sociedad. Es la que nos impone unas reglas, que debemos de cumplir, unas normas. Esto es algo así, como estar en una carretera de doble sentido y habrá muchos que se pongan a adelantar de forma desmesurada, otros que les gustará ir rápido, otros que se pongan nerviosos porque no se sentirán seguros al invadir el carril contrario y acelerar… y otros, simplemente que no tengan prisa por adelantar y vayan tranquilamente a 80 por hora. Llegaré a destino cuando tenga que llegar… no me impaciento… pues igual pasa con la vida. Igual me ha pasado a mí con otros temas… 


Hace años me decían “¿y cuándo te vas a independizar? todavía con 25 años viviendo con tus padres?” Preguntar por preguntar… hablar por hablar… ¿Por qué no preguntaban si había encontrado trabajo? ¿Por qué no preguntaban si había acabado los estudios? No… lo importante era saber otro tipo de cosas… Es meterte en la vida de los demás, es no tener filtro y no tener en cuenta las circunstancias personales… Es ser un miembro más de la sociedad en la que vivimos y parece que cuando uno se desvía aunque sea un poquito de lo establecido ya es motivo para poder hablar… 


“Si lleva mucho tiempo sin novio será que es lesbiana o que tiene alguna tara emocional”¿y no será que quizá esa chica esté mejor sola que mal acompañada?, “Si lleva 10 años con su pareja y no tiene hijos será que no podrá” ¿y no será que hayan decidido ser padres cuando se sientan preparados aún siendo mayores?, “Se ha quedado embarazada y no tiene novio, eso seguro que ha sido una noche loca” ¿y no será que una mujer puede quedarse embarazada estando sola mediante técnicas de fertilidad?, “Llevan muchos años juntos y se han dejado, seguro que hay terceras personas” ¿y no será que a veces el amor se desgasta y no tiene por qué haber nadie en medio?, “Se ha independizado y se ha ido sola…sin un hombre a su lado” ¿y no será que no hace falta tener otra cosa más que dinero para irse de casa?


Decimos que tenemos la mente abierta… ¿en qué la tenemos abierta? ¿en la pérdida de valores? ¿en seguir con lo establecido? ¿en hablar sin conocer?… ¿en eso la tenemos abierta? No nos damos cuenta  que estamos alienados, que todo ello es producto de la sociedad en la que estamos, que si decidimos vivir de otra manera, siempre nos vendrán críticas y opiniones, que lo más curioso de todo, no hemos pedido. 


Alardeamos bastante de la frase “vive y dejar vivir” pero no es más que una frase sin sentido ya que luego, ni vivimos ni dejamos vivir. Nos entrometemos en la vida de los demás pero no estamos preparados para recibir malas contestaciones ante preguntas absurdas. Ante cuestiones que repetidas en el  tiempo no se merecen más que una sonrisa acompañada de una respuesta como la de “no te metas en mi vida” añadiendo “que estoy disfrutando de cada momento”


lunes, 22 de enero de 2018

Carta a mi yo del pasado...



No te voy a adelantar nada… no te voy a decir nada que haga que te comportes de otra manera porque las cosas hay que vivirlas como surgen y de la manera que uno mejor cree…
Tendrás muchos momentos buenos que llorarás hasta de alegría y otros que desearías que nunca hubieran ocurrido. A veces te querrás y otras, incluso te odiarás. El tiempo pasará y pensarás que para ti no pasa… pero llegará un momento en el que cambiarás… terminarás el bachillerato y acabarás en la universidad pero porque era lo que había que hacer… no había otro camino ni otra alternativa, pero créeme merecerá la pena porque tendrás el privilegio de escoger la carrera que quieras aunque luego… bueno, tú misma verás lo que pasa… pero  cada mañana te levantarás con ese ansia de saber más y más y eso es lo que te debe importar. No te diré qué harás pero te gustará… y mucho.

Pasarás momentos complicados porque dejarás de ser esa niña tímida… te convertirás en alguien totalmente diferente que no parará de salir de fiesta, de esperar que llegue el fin de semana, de pasar más tiempo en casa de tus amigas que con tus padres. Te emborracharás, bailarás, cantarás, harás el ridículo, vomitarás, ligarás y te vestirás de tal manera que tú única intención sea llamar la atención. Te transformarás en otra persona. Pero esa persona no será más que una fachada pero te creerás que te comes el mundo y si, nena, te lo comerás porque no te importará lo que piensen de ti, porque estarás segura de ti misma y porque las amigas que te rodearán serán igual de seguras que tú. A veces, parecerás hasta prepotente y creída pero no pasará nada porque todo será temporal.  

También descubrirás con el tiempo el amor, a ti que nadie te podrá retener. Pensarás más en salir y llegar a las 8 de la mañana que en juntarte con alguien de forma indefinida.  Algunos lo intentarán, sí, pero al final, acabarán fracasando, tendrás tus amigos… y ojo! fíjate  lo que es la vida, que uno de esos amigos acabará convirtiéndose en la persona que estará contigo... se convertirá en eso que llaman “novio”. No te adelantaré nada… porque amigos tendrás muchos y esa persona será la que te haga cambiar… la que te haga parar de salir, la que te abra el corazón y la que a fin de cuentas, te enseñe a compartir. Te enamorarás y darás tanto que perderás la noción del tiempo a su lado. Irás sumando años y vivirás muchas cosas, serás más humilde, te volverás vulnerable porque el amor es así… y hasta estarás tan segura que acabarás con una alianza en tu dedo. Y sí, también seguirás con esa manía tuya de tener una esclava en tu muñeca…

Pero de la misma manera que vivirás la felicidad, también vivirás momentos malos y sentirás lo que es el dolor… experimentarás cosas que te matarán por dentro y, nena, eso te dolerá tanto que pensarás que nada tendrá sentido ya… pero sí habrá un mañana, sí que lo habrá, aunque tú creas que no y tendrás a tu lado a gente que creías que no lo iba a estar. Saldrás de esa, ya lo verás, porque cuando te pase te darás cuenta de que eres más fuerte de lo que te podías pensar. Y te darás cuenta, también,  de que será el día en el que el mundo te coma a ti y sentirás lo que es odiar… odiar con el corazón. Pero, nena, tus palabras se las llevará el viento…  Porque serás incapaz de hacer ingeniería emocional. Pero todo esto es algo que tú sola tendrás que experimentar porque sino no serías la persona que llegarás a ser.

Y de la misma manera, que algunas personas te harán daño, tú también lo harás. También, sin querer, acabarás hiriendo… y también pidiendo perdón. Te volverás demasiado emocional y ya te importará lo que los demás digan de ti. Ya no serás  aquella que podía con todo. Pero aún así, cada cosa que vivirás… la vivirás intensamente. No te arrepentirás de nada… porque jamás te quedarás con la duda de “qué hubiera pasado si…? “ No, nena, tú lo harás y a veces, serás demasiado impulsiva, pero en todo. En ese sentido tendrás que domarte tú misma pero lo conseguirás, créeme …  

También creerás que tú no te quemarás, que si juegas con fuego, a ti no te quemará, pero te darás cuenta que acabarás chamuscada completamente, pero lo bueno, es que no serás tan incrédula de no darte cuenta de ello. Pero ahora eres demasiado joven para poder entender  esto que te estoy contando, Tan sólo tienes 16 años… te queda mucha vida por delante para saber por qué digo esto.

Lo importante es que recuerdes que cada experiencia que vivas, cada momento que compartas y cada conversación que tengas, lo hagas con el corazón. No intentes utilizar la cabeza porque precisamente, lo que te caracteriza es esa sensibilidad que acabará brotando en ti. No te voy a decir que serás una buena persona… porque para algunos, serás una egoísta, una manipuladora y una mala persona… pero para otros, serás alguien en quién se pueda confiar, auténtica, transparente…. depende de lo que hayan vivido contigo así te valorarán como tú lo harás con los demás. Siempre habrá dos versiones de la misma historia, eso recuérdalo siempre porque tendrás que tenerlo en cuenta en demasiadas ocasiones de tu vida.

Y sobre todo, sé tú misma, no intentes parecerte a nadie porque los que te quieran estarán ahí y los que no… déjales que se vayan porque te sorprenderá como algunos, con el tiempo volverán pero no, nena… si se fueron sus motivos tendrían, claro pero piénsalo bien antes de dejarlos entrar de nuevo en tu vida, por favor. Porque quizá te sorprendan las razones de su vuelta. Y aparta esa cabezonería tuya que a veces te caracteriza… aprenderás a escuchar y encima te atreverás a dar consejos de situaciones que ni tú misma te aplicas… pero esos consejos cuando los des, serán recomendaciones que tú misma deberías seguir… 

Pero de una forma u otra… de verdad, hazme caso, cada experiencia que vivas te hará crecer, ya sea para bien o para mal… Cada momento será único y no pierdas esa alegría. Y también aprenderás que la confianza no es privilegio que se le pueda conceder a cualquiera… porque te llevarás muchas sorpresas inesperadas. Vive, de verdad, hazlo. Sonríe siempre. Ríe aunque sea ridículo a veces. Llora, no temas porque sacarás lo que tienes dentro que te ahoga. Grita si tienes que hacerlo y utiliza la coraza con quien debas hacerlo. Es mejor llevarse una alegría que una decepción. Recuérdalo, nena, por favor. Porque en lo que te convertirás no será ni el más mínimo reflejo de lo que eres hoy en día… Pero no es cambiar… es crecer… y mantendrás tu esencia… y yo estaré orgullosa de ti…