domingo, 5 de marzo de 2023

Tenemos que olvidar para poder seguir adelante

 A veces las cosas suceden y no sabes el motivo. A veces se dan una serie de circunstancias que hace que algo que no tenía que ocurrir, de repente, se produzca. Y no entiendes como algo que no ha tenido lugar desde hace años, en un solo instante, suceda. Nos encontramos con personas con las que pensamos que ya jamás nos cruzaremos y recordamos sucesos del pasado… sucesos olvidados o más bien forzados a su entierro. Y eso dependiendo de quién se trate, duele.

Ir caminando tranquilamente por la calle mientras iba al colegio temprano a recoger a mi hija para llevarla al médico y escuchar una voz que decía mi nombre. Subir la cabeza y al ver a esa persona, quedarme blanca, sin entender por qué se atrevía a decir mi nombre o lo que es peor, porque no pasó de largo o directamente evitó el tener que hablar y vernos. De entre los millones de personas que somos en Madrid, jamás se me pasó por la cabeza poder encontrarme con esta persona y tratarme como si no hubiera pasado nada, como si los años no hubieran trascurrido y fuera un simple encuentro fortuito. Encontrarme allí, vulnerable ante todo lo ocurrido y no saber qué decir porque no sólo se corta de forma abrupta con alguien sino también con todo su entorno porque no era mi mundo, no era mi gente y no era mi sitio.

Y aparentemente di la imagen de fuerte pero tengo que reconocer que sólo quería salir de allí. Aquella conversación como las que teníamos años atrás… se me vinieron demasiadas cosas a la cabeza… y no sólo eso, sino que enlazas por ser quién es… una persona de su mundo, una persona que formó parte de mi mundo también durante una época o más bien, tengo que reconocer que fui yo la que dejé mi mundo para formar parte de él. Y se me vinieron tantas cosas a la cabeza que creí que ya no estaban… que no tenían que volver a resurgir.

No estoy hablando de echar de menos a nadie y menos a él porque nos hicimos tantísimo daño… no sé quién más de los dos o quizá sí que lo sepa pero prefiera callármelo por cuestiones legales.  Aquí estoy hablando de recordar todo aquello que di y dejé de dar, estoy hablando de frases y palabras que han vuelto a venir a mi cabeza una y otra vez. Frases que sé que hoy en día carecen de sentido, frases que surgieron a raíz de la situación, frases que aunque me ha costado mucho olvidar han vuelto sin querer. Y  estoy hablando de sucesos que parece como si los reviviera y que tengo la sensación de haber rebobinado algo que no tenía que estar pasando ahora mismo. Siento pena, mucha pena y me siento con miedo como el que sentí pero no tenía que ser así, sé que no tenía que ser así…

Y hay que recordar una cosa y es que sino hablo de algo eso no quiere decir que lo tenga olvidado. Simplemente se dejan en un cajón cerrado con llave, el cual nadie puede abrir pero un día sin esperarlo, aparece alguien de su entorno y sin proponérselo, probablemente, desliza hacia fuera ese cajón, saliendo demasiado dolor y mierda de él.

Me siento mal porque mi cabeza ha vuelto a sufrir sensaciones que no tendría que experimentar, tanto es así, que no suelo contar parte de la verdad de cómo me puedo sentir pero hace una semana sufrí un dolor que me incapacitó bastante en el cuello y cervicales acabando en urgencias  y aparte de sobre esfuerzos, muchísimo tuvo que ver ese encuentro. A nivel emocional, me destrozó por completo, tanto mentalmente como físicamente.

Y resulta asombroso como en unos minutos, mi cerebro puede traer al presente sucesos que pasaron en el pasado, situaciones que de no salir de ahí hubieran acabado conmigo. Y sólo estoy hablando de mis sensaciones, de mis sentimientos, de todo aquello que tengo que dejar claro, que no echo en falta ni para nada de menos, sólo que algo se quebró en aquel momento, algo que me rompió para siempre porque una ya no vuelve a ser la misma. Hay un antes y un después y fue una lucha constante por sobrevivir a mis propios pensamientos infundados por el contexto y repetirme una y otra vez que yo sí que podría salir adelante con todo lo que viniera, que la vida me daría más oportunidades queriéndome a mi y a mi entorno y que nadie me volvería a hacer sentirme tan vulnerable como en aquella época. Costó mucho y hasta me evadí del mundo porque no creía en mí, no era capaz de ver nada bueno en mí y  es que queramos o no, mucho tiene que ver quién nos acompaña en el camino.

Han sido días en los que me he bloqueado, en los que he tenido que volver a reestructurar mi cabeza para volver a enterrar esas sensaciones y sobre todo recuerdos nefastos porque no estaba preparada para que se creara una grieta en mi muro de contención. No estaba preparada para que algo tan nimio como fue encontrarme con alguien de su entorno generara en mi cierto dolor.

Pero los días pasan y cuando la veo a ella, todo ese dolor desaparece porque es ella la que ha vuelto a cerrar esa grieta y me recuerda constantemente lo importante que soy en su vida.

Y es que todos tenemos cosas que duelen y mucho pero que tenemos que olvidar para poder seguir adelante, para lidiar con las situaciones que la vida nos presenta aún con, a veces grietas que pueden volver a surgir por el camino... porque de nadie más que de nosotros y de los que de verdad nos quieren depende el querernos a nosotros mismos.