viernes, 11 de agosto de 2017

Porque cuando te escribo significa que te extraño...

El tiempo avanza… y otro año más ha pasado... con sus momentos, con sus incertidumbres, con sus miedos, con sus éxitos, con sus decepciones y también sorpresas. Instantes en los que no has podido estar, los que te has perdido… los que no has vivido. Cada vez pasan más años y no se habla de ti, no te mencionan pero el recuerdo sigue estando vigente. Sigues estando ahí. Quizá haya personas que no te nombren por el daño que supuso tu pérdida… Estoy segura de ello… Y es cierto eso que dicen que la vida no se detiene para nadie, para absolutamente nadie. Todo sigue su curso, todo fluye como dicen hoy en día.

Pero la realidad es que yo me sigo acordando pero no ya tanto de aquellas facciones que te caracterizaban porque a medida que los años pasan los recuerdos también se difuminan. Se van almacenando en algún lugar de nuestra mente… aunque sí que es cierto, que salen a la luz cuando observo una foto o un video de aquellos que tanto me gustaban hacer.

A medida que voy cumpliendo años, me voy dando cuenta de muchas cosas… voy perdiendo mi inocencia, mi alegría y hasta en ocasiones, la confianza en el ser humano. Al fin y al cabo, hay más gente mala que buena pero sí que es verdad, que por cada persona buena que te encuentras en el camino y que te ayuda, ya merece la pena volver a confiar.

Han pasado muchas cosas desde que no estás… Se nota tu ausencia, se sigue notando, se palpa en el ambiente porque tú eras el nexo de unión. Es asombroso como cuando alguien falta, todo cambia… ¿quizá sea que no teníamos motivos más que tú para reunirnos? A veces lo pienso… A veces me lo planteo. A lo mejor es que tú eras lo único que teníamos en común. Pudiera ser… no lo sé. Aunque en realidad no quiero pensar que eso fuera cierto.

Por otro lado, me gustaría haber heredado un poco de tu fortaleza ante la vida pero no… No llevo nada de ello. No tengo nada del apellido Portero… me dejo llevar por los malditos sentimientos, escucho a mi  estúpido corazón y lo que es peor, me guio por las emociones. Y eso no me gusta… no me gusta ser sensible, la verdad. No me gusta porque hay mucha gente que no lo es… Y encontrarte con personas en la vida que no lo son, crean dolores. A veces me pregunto si  podría adiestrar a mi corazón para no sentir. Hay épocas en las que parece que sí, pero en el fondo, uno es como es… No hay más. Y me da rabia no poder tener algo de tu ímpetu, de tu frialdad a veces, y de tu dureza ante determinados acontecimientos de la vida. El apellido García es el que está presente en mí, muy a mi pesar…

Sabes? Por fin, conseguí aquello que quería desde hace bastante tiempo… Aparte del trabajo, claro está. Y es poderme a ir a vivir a aquel piso que tú sabes muy bien dónde está. Sí, me fui sola. Porque sé que me preguntarías si me fui con algún chico… No, no… Hoy en día las cosas han cambiado y quizá, te parecería extraño que una mujer se pudiera ir sola, trabajando y sin intención, por ahora, de casarme ni tener hijos… Tu tiempo era otro y hay que respetarlo. Al principio, me costó, no te voy a mentir pero cuando has deseado tanto tiempo que algo se hiciera realidad… cuando llega, lo vas disfrutando hasta que te adaptas.

He vuelto a ir a Esquivias en alguna ocasión. aunque he de decirte que muy poco… me da mucha pena que tu casa se vaya marchitando, que vaya envejeciendo porque en el fondo, esa casa lleva parte de tu esencia, de tu vida… Hace tiempo entré allí y comprobé cómo esas paredes también van muriendo días tras día.

De una forma o de otra, yo me sigo acordando en estas fechas… Me sigo acordando de tu mirada en el hospital cuando te quedaba ya poco tiempo y tú te empeñabas en decirme algo… me repetías “te tengo que decir una cosa” y yo contestaba que no… que tenías que descansar y no forzarte. Y pasado el tiempo me planteo que sería aquello que querías decirme… No era un “te quiero” porque ya lo dijiste, no era un “ no quiero estar así”, ni un “quiero morirme de una vez”. Me dijiste muchas cosas y quizá, eso último que te empeñabas en decirme y que yo no te dejaba... era algo que te tenía que haber dejado. Lo pienso bastante… puesto que podría haber sido algo importante. Pero de nuevo, mi corazón y mi afán de no esforzarte más pudo a la curiosidad.

Un año más que no estás y todo esto te diría, abuela. Porque cuando te escribo significa que te extraño…