El tiempo avanza para todos. El tiempo es el que hace que las heridas se
curen o que cicatricen. Heridas que aunque parezca que se hayan sanado, pueden
en cualquier momento volverse a abrir. Heridas que han costado mucho cerrar y
que yo creía, que no volverían a intentar abrirse.
Todos pasamos por sucesos complicados, por momentos
que quisiéramos no haber vivido o por situaciones que hemos tenido que
experimentar y que al no depender de uno mismo, no quedaba otro remedio que
vivir, sufrir y aprender a perdonar. Digo esto último porque es lo que, a veces
hay que hacer para seguir adelante aún no estando de acuerdo con las decisiones
de personas a las que quieres muchísimo.
Cada uno ocupa un rol en la familia, cada uno debe desempeñar las
conductas que se esperan y cuando eso no ocurre, cuando eso se trastoca y
cuando tienen lugar temblores arquitectónicos que tocan los pilares del cariño
y las expectativas, del futuro y del día a día, es cuando uno empieza a sentir
cierto dolor por dentro. Y no se entiende igual ahora que años atrás. No se
tiene, en mi caso, la misma madurez emocional que hace 12 años podía tener. Y
no tengo la misma visión, ni tan siquiera hubiera reaccionado igual ahora que
antes.
Y todo esto
ha vuelto a salir y me ha hecho pensar, me ha hecho sacar recuerdos que antes
estaban enterrados. Y todo porque aunque parezca mentira, las mismas historias
que uno vive, pueden repetirse en otras personas. Lo peor es que se trata de
personas demasiado cercanas, de personas que llevan mi sangre y cuya historia,
aunque me cueste reconocer me toca bastante el corazón.
Lo hace porque me veo
reflejada y no sólo yo, en todo aquello que ahora mismo, ellos están viviendo.
Lo hace porque los mismos sentimientos, emociones y sensaciones que otras
personas experimentamos, allí también están sucediendo.
Hablamos de compromiso, de fidelidad y sobre todo de
futuro. De no abandonar a las personas que uno quiere, de no tirar por la borda
algo que ya se ha construido desde hace ya años… De no sentirse solo, de no querer
desprenderse de muchas cosas que pueden ser una carga y que, se supone, que un
día se construyó con una gran ilusión. Son vivencias, son decepciones y son
mentiras que se van acumulando a lo largo del tiempo y sobre todo, a personas con las que uno se
casa, con las que uno tiene pensado pasar el resto de sus días y con las que se
tienen hijos.
Reconozco que no podré volver a ser la misma con el sujeto
que hoy está generando dolor porque hay cosas que en mi escala de valores no
pueden entrar. Me duele el recordar algo que ahora mismo está sucediendo de
forma similar. Me duele volver a sacar a la luz imágenes que tenía tapadas y
que me ha costado mucho hacerlo por ser la persona que era y porque todo se
supera pero no se olvida…
Y todo lo que
está sucediendo me hace sentirme ausente y también esquiva si en un futuro
tengo que volverme a encontrar con individuos que carecen de ética, de moral y
que a los que, sobre todo, no tengo por qué aceptar ni tan siquiera perdonar
nada porque, la diferencia está en que aunque su situación haya removido viejos
recuerdos del pasado que se asemejan con su realidad actual, yo he perdonado a
quien de verdad he querido y porque sobre todo soy parte de su sangre.
Lo cierto, es que resulta complicado y mucho
descubrir como poder hablar de esto… Resulta complejo mirar atrás y
sorprenderse de cómo lo que uno vive puede ser algo que otras personas, en otro
momento de su vida, vayan a experimentar. Porque lo cierto es que nadie se
encuentra exento de que le puedan hacer daño y no pensar, que a uno ciertas
cosas, no le van a suceder jamás porque muchas de nuestras vivencias no
dependen de nosotros sino de las personas con las que compartimos nuestras vida
y el dolor que nos puede producir los daños colaterales que otros hagan.
Sólo espero que esos recuerdos se vuelvan a enterrar
y que nadie me pida que vea a esa persona que, hoy está haciendo daño a
alguien, que la estime de la misma manera que hasta hace unos meses lo hacía
porque, aunque quisiera no podría… Porque odio la mentira y el dolor que todo
ello genera… Porque admiro el compromiso
y sobre todo, la verdad.
Por todo esto, no quiero seguir mirando atrás…
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