lunes, 9 de diciembre de 2024

Todo a su ritmo...

Resulta curioso cómo pasa el tiempo y la sensación que puedo experimentar… un año o más bien más de un año que hace que no escribo por aquí. Podría decir eso de que no he tenido tiempo, de que no estaba inspirada... que en cierta manera ha sido así, pero sería excusarme con algo demasiado típico porque si de verdad hubiera tenido algún interés habría sacado un hueco contando o reflexionando sobre aquellas cosas que me han ido sucediendo a lo largo de este año.

Creo que más bien ha sido un tiempo de reflexión porque he tenido que remodelar mi cabeza en muchos aspectos en lo que se refiere a temas de salud, de tomarme las cosas y sobre todo, de seguir adelante. Este año, ha sido diferente en lo que respecta a su evolución. He querido centrarme un poco más en mí escribiendo en un periódico digital y participando en un voluntariado de la Cruz Roja con niños de oncología. Sobre este último asunto, tengo que reconocer que me lo pensé mucho hasta decidirme por el tema del que se trataba pero al final me embarqué en ello y fue una gran decisión porque ellos sin saberlo me han enseñado tantas cosas… Creo firmemente que de las experiencias, valoramos y comparamos y la fortaleza que tienen esos niños no la tienen los adultos en cuestiones más sencillas. Nosotros que nos quejamos por todo, y en especial algunos adultos que a la mínima parece que se les va caer el mundo encima…

También tengo que destacar que este año he vuelto a mantener conversaciones con personas de mi pasado con las que creí que no volvería a hablar y no es que me resultara extraño porque si compartí momentos con ellos sería que teníamos algo que nos unió en aquellos tiempos. Me quedo con que todos hemos madurado lo suficiente para olvidar lo que pasó y ahora, poder hablar de vez en cuando, con cierta confianza aunque sin olvidar que ya todo es diferente porque nadie es el que era empezando por mí misma. Ya no queda nada de aquella chica que se comía el mundo, desafiante y segura de sí misma… Ahora es el mundo el que, muchas veces, me come a mi con cientos de inseguridades y miedos ante el futuro.

Sobre los sentimientos que he ido experimentando en este tiempo, creo que ha sido como siempre… decepciones de ciertas personas, algunas de ellas muy cercanas porque cometo el fallo una y otra vez de esperar lo mismo que yo estaría dispuesta a dar. Y da igual que piense que la vez próxima no lo haré y cambiaré, da completamente igual… porque pasará algo y ahí estaré aunque no reciba lo mismo a cambio. Y sé que cuando hago algo no tengo que esperar nada a cambio pero al menos un poco de comprensión y apoyo y cuando no lo recibes… duele.

También sobre cuestiones familiares, aquellas uniones que la sangre nos impone no son más que eso, sangre que compartimos pero que a efectos reales no influyen en la actitud y comportamientos. Muchas veces, las personas se muestran más cercanas con aquellos que no conocen o que conocen poco que con su propia familia, hablando de primos, tíos, sobrinos… Es decir, hablo de familia pero no sólo en el sentido estricto de la palabra sino abriendo más el concepto. Personas que deciden cortar lazos de forma tajante sin razón y sin que nadie se atreva a rebatir esa absurda decisión por el hecho de que algunos valen más que otros y los que estamos en una situación inferior ante la posición familiar que alguien ha impuesto, les da derecho para tratar, criticar y si fuera posible, machacar. Y esto, tengo que reconocer, me hace sentir muy mal porque considero que nadie es inferior a nadie ni debe imponer unas normas por el simple capricho de que sus decisiones son mejores que las de otros o en concreto de las mías. Pero será que una vez más, es a mí y a los míos a los que más nos duele mientras el resto sigue su vida sin que dedique ni un sólo minuto a reflexionar sobre el mal que están haciendo. Pero con esto, se evidencia al final, quién está y no está y esté, será quizá, uno de los temas de lo que hable expresando mi sentimiento real en otro momento.

Por lo demás, sé que podría incidir más en cuestiones personales como en otras ocasiones he hecho pero creo que poco a poco iré subiendo entradas como lo hacía antes, para desahogarme, para expresarme, para mostrar esa parte de mí que a pocos enseño pero que me sirve para sentirme un poco mejor después de escribirlas. Lo cierto, es que este año, también he cerrado una etapa que llevaba arrastrando, años atrás y que en cierta manera, no me dejaba seguir adelante.

Ahora ya puedo mirar la vida de otra manera y sentirme un poco más segura cuando se trata de asuntos relacionados con mi hija. Ella es mi motor de vida y por la que, muchas de las veces, cuando las cosas son difíciles, sigo adelante. Hace poco me tatué su nombre, cosa que quería haber hecho años atrás pero por temas de salud que influyen con el hecho del tatuaje, lo fui dejando hasta que ya por fin, he podido hacerlo.

Así pues, este año me ha servido para sentirme un poco más llena en cuestiones que tienen que ver con la forma de enfocar la vida. Sigo estudiando las oposiciones en los pocos tiempos libres con los que cuento pero con la tonta esperanza de que algo mejor pueda venir al año que viene y sobre todo, cuando de salud se refiere porque cuando no se tiene o se tienen problemas crónicos, uno ve de forma distinta el pasar de los días. Y con esto, espero que este 2024 se lleve los miedos, incertidumbres e inseguridades que han rondado por mi cabeza para dar paso a algo, en todo caso igual, pero no peor...




No hay comentarios:

Publicar un comentario