jueves, 6 de marzo de 2014

La mirada que delata

Hace algún tiempo que no duermo… Hace algún tiempo que tengo unos dolores de cabeza que no me dejan situarme. Hace ya unos cuantos días que mi carácter se volvió irascible porque mi cabeza o más bien, a veces, mis pensamientos no me dejan descansar. No me dejan habituarme a muchas de las situaciones que tengo que vivir a mi alrededor. Intento que no se me note. Intento que las cosas no me afecten de una manera tan profunda pero es inevitable, a veces, ser vulnerable.

Mi escudo, mi coraza se desmorona y eso se me nota… Quizá, viva momentos que no quisiera, que desearía con todo mi corazón no tener que estar viviendo. Pero la vida viene como viene y todos, somos el fruto de un pasado, somos el producto de las decisiones que un día tomamos.

Miro a mi alrededor, observo y hay muchas cosas que no me gustan. Me voy a la cama y no consigo conciliar el sueño… Acudo al médico para que me ayude, para que me brinde algún medicamento que me dé un empujón para poder, al menos, descansar unas horas. Lo hace y ahora, cada noche, siento como si necesitara de manera apasionada una pequeña dosis de descanso inducido… Ya no me despierto tantas veces pero sí que he conseguido dormir de un tirón cerca de 5 horas. Unido a eso, el dolor de cabeza no me deja… Parece que se ha instalado en mí de una forma odiosa… Un dolor de cabeza, que me da miedo… Un dolor de cabeza que temo, se convierta o más bien, se desarrolle en unas migrañas con aura. Por eso, estas semanas otros tantos medicamentos me acompañan junto al azúcar. Y debiera estar ya acostumbrada a lidiar con esas punzadas incesantes que aparecen en mi cabeza… 

Llevo desde los 18 años conviviendo con ello pero no me acostumbro porque cuando tengo épocas malas con respecto a la cabeza, me limita socialmente. Me limita en el sentido de que no tengo tantas ganas de salir o de mostrarme animada. Me limita en el sentido de que no puedo dar tanto como quisiera y no puedo disfrutar de las cosas como me gustaría. Me limita en el sentido de que me cuesta mucho mostrar una sonrisa cuando por dentro siento martillazos craneales. Me desespera muchísimo que los dolores de cabeza me estén rondando. Me desespera aún más, que llegue la noche y no pueda descansar o que el insomnio haya decidido quedarse por un largo tiempo…

Nunca he sido de mucho dormir… Nunca… Siempre me ha costado bastante conciliar el sueño y soy de fácil despertar ante cualquier sonido que oigo pero, sí que es cierto, que no necesito tantas horas de sueño como otras personas para poder llevar a cabo las actividades diarias o cotidianas. Cada noche al irme a dormir, me tomo una infusión que me relaja o calma… y después, una ayuda extra que me hace dormir unas cuantas horas de una forma consecutiva.

Quizá, sea mi forma mi ser… Probablemente tenga que ver conmigo… Con mi personalidad porque a medida que he ido creciendo me he vuelto más cerrada en el sentido de que todo aquello que me ocurre me lo voy comiendo yo sola… No me gusta pedir ayuda y aún menos, reconocer que tengo días malos en el sentido moral pero si algo nos delata a los seres humanos, sobre todo a  mí, es que mi cara es el espejo del alma. Y solamente con mirarme a los ojos se sabe si estoy bien o mal, si estoy contenta o triste, si estoy mintiendo o diciendo la verdad, si quiero hablar de algo o intento evitarlo… La mirada es algo que a todos, aunque no queramos, nos delata de una forma sorprendente.

A través de la mirada expresamos, muchas veces, cosas de las que no somos conscientes. Podemos manejar la expresión corporal, podemos memorizar comportamientos y posiciones pero los ojos y la forma de mirar no es algo tan fácil de controlar. No es algo que se pueda manejar.

Y eso es, en la mayoría de las ocasiones, donde las personas que me conocen descubren mi verdadero interior en ese momento preciso. Sólo deseo, ahora, que el insomnio y ese pájaro carpintero que me ronda en la cabeza, decidan pronto, marcharse de mi lado… Y esto será algo, que indudablemente, se me note en la mirada…



3 comentarios:

  1. Hola Vio, con el paso de los años nos damos cuenta de que la vida no es como nos la pintan, de color de rosa, surgen dificultades, especialmente, las enfermedades. En tu caso, te entiendo perfectamente, pero hay que verlo como algo que te va a ayudar a superarte, a reforzar la confianza en ti misma.

    Yo no creo que seas una persona cerrada, al menos no me das esa impresión, más bien todo lo contrario, lo que pasa es que estas dolencias nos hacen sacar lo peor de nosotros. Tienes que entender que es normal estar de mal humor sobre todo cuando te duele la cabeza o tienes un mal día, yo lo que pretendo con este comentario es animarte y que te relajes, es fácil decirlo pero es la única manera de solucionar estos problemas, llevarlos de una forma más distendida, seguro que te hará más bien que mal afrontarlos así.

    Y recuerda que tienes a muchos amigos a los que recurrir, entre ellos, un servidor.
    Así que nada, espero que este comentario te ayude a llevarlo un poquito mejor y reirte un poco.
    Un besazo enorme.
    Paco.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, hoy estamos viviendo situaciones bastante inesperadas y cambiantes, eso provoca cambios en nuestro humor y nos hacen ver la vida de distinta forma en tu caso por el tema de las migrañas. Pero ten presente que cuando estés a disgusto, pregunta a los demás como te ven y te sorprenderá gratamente. Ya verás como eso te hace cambiar de enfoque y hará de ti una persona mejor. Todo lo que tienes que hacer es mirar en ti y verás las cosas buenas que los demás vemos en ti. Asi que ya sabes siempre busca el lado positivo que tú sabes hacerlo mejor que nadie.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por tus palabras, Paquito!

    Tú sabes de sobra cuando estoy bien, cuando estoy mal o cuando debes decirme algo que me intente animar. Me conoces a la perfección en el sentido de que no hace falta que te diga nada para notar que algo me ocurre. Son ya muchos los años que nos conocemos. Son muchos los años que hemos compartido penas y alegrías tanto yo contigo, como tú conmigo. Son muchos los años en los que hemos hablado y reído.
    Ante todo, quiero darte las gracias por haber estado ahí y seguir haciéndolo. Quiero darte las gracias por decirme cosas que a veces no me gustan y darme consejos que luego, siempre los llevo a cabo. Eres, como bien dices tú, mi hermano mayor. El que, a pesar, de equivocarme una y otra vez en muchas cosas, ahí sigue estando. El que, me bronquea cuando estoy actuando mal y el que, pase lo que pase, sigue estando.
    En definitiva, eres una de las mejores personas que conozco y un amigo que deseo de todo corazón, que siga estando porque eres de esas personas que merece la pena tener en su vida. Gracias por permanecer ahí, gracias por seguir estando y gracias por darme palabras de ánimo y empujoncitos, que tú sabes bien cuando necesito. Gracias por no dejarme sola en los peores momentos y por "aguantarme" porque otra cosa no pero pesada soy muuucho, jeje!

    En resumen, gracias por todo y por ser como eres. No pierdas esa bondad que te caracteriza y no dejes nunca de ser mi amigo.

    ResponderEliminar